Mujeres, filosofía e historia: la labor historiadora de la autora Luz Gabás
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Gloria Pardo López
Marketing & Market Research
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La ganadora de la última edición del Premio Planeta nos hace viajar en el tiempo con Lejos de Luisiana, su novela más reciente. El salto temporal nos aterriza a finales del siglo XVIII en la entonces ciudad francesa Nueva Orleans. Pero el desarrollo de la historia va llevando al lector a otros lugares como Arkansas, San Luis y Kaskaskia en territorio norteamericano, a La Habana y Ciudad de México españolas, París, Madrid, Málaga y Zaragoza.

Para la construcción de las diferentes calles, de los personajes que las habitan y de los paisajes que las rodean hizo una concienzuda labor de investigación. Se empapó de datos y buceó por incontable cantidad de documentación histórica. Así lo muestra la misma autora al final de su libro, donde podemos encontrar fuentes de la más diversa naturaleza: revistas, ensayos y tesis publicados por universidades, conferencias, enciclopedias, cartas y textos legales entre un largo etcétera. Aun así, Gabás, lejos de considerarse historiadora, admite que solo lee a los historiadores con interés.
No soy historiadora, solo leo a los historiadores con interés.
Este mismo interés es el que la ha llevado a sustentar las bases de su creación en una complejísima bibliografía que, como ella misma admite, es producto de su experiencia como docente universitaria.
Me he dedicado tantos años a la docencia universitaria que me parece que si no cito las fuentes el trabajo no está completo.
La nota de la autora, previa a la citación de las fuentes consultadas, revela que “los comandantes de los fuertes, militares, gobernantes, religiosos, jefes indios y políticos aparecen con su nombre real”. Añade a su vez que, por cuestiones narrativas, ha modificado ciertos aspectos de algunos de ellos, de sus acciones y de los acontecimientos vividos. Gabás utiliza así la realidad y la imaginación como los ingredientes de su receta para una novela histórica de éxito. Sobre este mismo punto confiesa que la proporción debería ser el 50% y, en caso de duda, echar más imaginación.
Sobre la proporción para que la receta salga rica: “Debería ser el 50%. Pero al final hay un poquito más de imaginación. Ante la duda, siempre más literatura y menos historia.”
Pero no es la primera vez que esta autora con trayectoria en la política revive un período de la historia. En Palmeras en la nieve, su creación novel y la que le llevó a ocupar una cómoda posición en el mundo literario español, ya se vio rodeada de sumas ingentes de información para la contextualización de la aventura transcurrida en Guinea Ecuatorial. El resultado de este primer trabajo fue el mismo que el obtenido con el último: la aclamación del público y de la crítica.
